diciembre 24, 2011

Sobre la Iluminación.

El hombre a través de la Iluminación llegará a ser moralmente más perfecto. Se recibe algo parecido a una gracia mística sobrenatural. En el estado de la Iluminación desaparecen. Revista Lindaraja. “La iluminación y el conocimiento místico”. la duda y el miedo, la envidia y el odio, o cualquier otro sentimiento contrario a la fe. Porque la Iluminación es unidad: aquellos sentimientos al contrario dividen. Encontramos acertada la distinción budista entre el pequeño yo y el gran yo. El pequeño yo (shoga) es el yo separado, aislado, el ego. El yo que usamos cuando imaginamos que estamos separados de Dios, del universo y de otras personas. Este pequeño yo es ilusorio. Nos servimos de este pequeño yo cuando ponemos la confianza en el dinero, la fama y el poder. Tal confianza nos coloca en un ego engañoso, nos hace olvidar de Dios y nos destruimos a nosotros mismos. El gran yo (taiga) es el yo no separado, abierto al universo, a todos los hombres y mujeres y a Dios. Se le puede llamar el yo universal o el yo cósmico. Es el yo con una conciencia extensa, que abarca todo. Cuando perdemos la conciencia de separación y aislamiento, es para abrazar la conciencia del todo. Estamos alcanzando un estado que el budismo llama vacío, y el cristianismo humildad. Ambas espiritualidades defienden que el vacío o humildad es la primera piedra y el fundamento de todo el edificio. Si alcanzamos la Iluminación, tenemos que estar vacíos y humildes. Así el desafío de la vida es perder el pequeño yo y encontrar el gran yo, que es el verdadero yo: la muerte. Al final, por supuesto, llega la muerte biológica, pero antes de ella la muerte psicológica y espiritual.


© Revista Lindaraja. Número 28, mayo de 2010. www.realidadyficcion.es
http://www.realidadyficcion.es/Revista_Lindaraja/revistalindaraja.htm
Revista de estudios interdisciplinares. ISSN: 1698 - 2169
©Marco Antonio de la Rosa Ruiz Esparza.


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