noviembre 27, 2012

Amo no solo este hoy que te conosco,
amo la forma en la que creciste y como lo tomaste,
amo tus días de lluvia y tus crisis existenciales,
amo tus besos chiquitos, tan dulces, tan suaves, 
probaditas de algodón o de cielo
Amo tu sonrisa con ojos tristes
Esa sensación de que voy a morir en cualquier momento
si no tengo contacto contigo ya, a pesar de que ya estés dentro.

noviembre 24, 2012

Me he sentido estos días como salamandra.






SALAMANDRA







Salamandra

(negra

armadura viste el fuego)

calorífero de combustión lenta

entre las fauces de la chimenea

—o mármol o ladrillo—

tortuga estática

o agazapado guerrero japonés

y una u otro

—el martirio es reposo —

impasible en la tortura.




Salamandra

nombre antiguo del fuego

y antídoto antiguo contra el fuego

y desollada planta sobre brasas

amiante amante amianto




Salamandra

en la ciudad abstracta

entre geometrías vertigiosas

—vidrio cemento piedra hierro—

formidables quimeras

levantadas por el cálculo

multiplicadas por el lucro

al flanco del muro anónimo

amapola súbita




Salamandra

garra amarilla

roja escritura

en la pared de sal

garra de sol

sobre el montón de huesos




Salamandra

estrella caída

en el sinfín del ópalo sangriento

sepultada

bajo los párpados del sílex

niña perdida

en el túnel del ónix

en los círculos del basalto

enterrada semilla

grano de energía

dormida en la médula del granito




Salamandra

niña dinametera

en el pecho azul y negro del hierro

estallas como un sol

te abres como una herida

hablas como una fuente




Salamandra

espiga

hija del fuego

espíritu del fuego

condensación de la sangre

sublimación de la sangre

evaporación de la sangre




Salamandra de aire

la roca es llama

la llama es humo

vapor rojo

recta plegaria

alta palabra de alabanza

exclamación

corona de incendio

en la testa del himno

reina escarlata

(y muchacha de medias moradas

corriendo despeinada por el bosque)




Salamandra

animal taciturno

negro paño de lágrimas de azufre

(Un húmedo verano

entre las baldosas desunidas

de un patio petrificado por la luna

oí vibrar tu cola cilíndrica)




Salamandra caucásica

en la espalda cenicienta de la peña

aparece y desaparece

breve y negra lengüeta

moteada de azafrán




Salamandra

bicho negro y brillante

escalofrío del musgo

devorador de insectos

heraldo diminuto del chubasco

y familiar de la centella

(Fecundación interna

reproducción ovípara

las crías viven en el agua

ya adultas nadan con torpeza)




Salamandra

Puente colgante entre las eras

puente de sangre fría

eje del movimiento

(Los cambios de la alpina

la especie más esbelta

se cumplen en el claustro de la madre

Entre los huevecillos se logran dos apenas

y hasta el alumbramiento

medran los embriones en un caldo nutricio

la masa fraternal de huevos abortados)




La salamandra española

montañesa negra y roja




No late el sol clavado en la mitad del cielo

no respira

no comienza la vida sin la sangre

sin la brasa del sacrificio

no se mueve la rueda de los días

Xólotl se niega a consumirse

se escondió en el maíz pero lo hallaron

se escondió en el maguey pero lo hallaron

cayó en el agua y fue el pez axólotl

el dos-seres

y “luego lo mataron”

Comenzó el movimiento anduvo el mundo

la procesión de fechas y de nombres

Xólotl el perro guía del infierno

el que desenterró los huesos de los padres

el que coció los huesos en la olla

el que encendió la lumbre de los años

el hacedor de hombres

Xólotl el penitente

el ojo reventado que llora por nosotros

Xólotl la larva de la mariposa

del doble de la Estrella

el caracol marino

la otra cara del Señor de la Aurora

Xólotl el ajolote




Salamandra

dardo solar

lámpara de la luna

columna del mediodía

nombre de mujer

balanza de la noche.

(El infinito peso de la luz

un adarme de sombra en tus pestañas)




Salamandra

llama negra

heliotropo

sol tú misma

y luna siempre en torno de ti misma

granada que se abre cada noche

astro fijo en la frente del cielo

y latido del mar y luz ya quieta

mente sobre el vaivén del mar abierta




Salamandria

saurio de unos ocho centímetros

vive en las grietas y es color de polvo




Salamandra de tierra y de agua

piedra verde en la boca de los muertos

piedra de encarnación

piedra de lumbre

sudor de la tierra

sal llameante y quemante

sal de la destrucción

y máscara de cal que consume los rostros




Salamandra de aire y de fuego

avispero de soles

roja palabra del principio




La salamandra es un lagarto

su lengua termina en un dardo

su cola termina en un dardo

Es inasible Es indecible

reposa sobre brasas

reina sobre tizones

Si en la llama se esculpe

su monumento incendia.

El fuego es su pasión es su paciencia


Salamadre Aguamadre

noviembre 19, 2012

YO NO SOY YO

Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pié cuando yo muera. 

noviembre 16, 2012

Y vos que pensás?
Que un día de tantos que alguien fue todo para ti un día decides ya no más y ocultas lo que te recuerda a ella en el tejado y con eso ¿ya esta?
Vos estás equivocado, ella nunca se irá. Porque es del tipo de personas que no se olvidan nunca, aunque las dejes atrás. Ella es alguien que formo parte de ti y tu pretenciosa osadía de borrarla por siempre sería como si por gusto te quitarás un ojo o un pie para caminar o esa muletilla imaginaria que necesitas cuando pierdes el equilibrio, ella nunca se irá. Pero no te espantes que tampoco tú te irás de ella jamás.

Mi canción, sí, mía.

noviembre 15, 2012

Chau




Te dejo con tu vida

tu trabajo

tu gente

con tus puestas de sol

y tus amaneceres.




Sembrando tu confianza

te dejo junto al mundo

derrotando imposibles

segura sin seguro.




Te dejo frente al mar

descifrándote sola

sin mi pregunta a ciegas

sin mi respuesta rota.




Te dejo sin mis dudas

pobres y malheridas

sin mis inmadureces

sin mi veteranía.




Pero tampoco creas

a pie juntillas todo

no creas nunca creas

este falso abandono.




Estaré donde menos

lo esperes

por ejemplo

en un árbol añoso

de oscuros cabeceos.




Estaré en un lejano

horizonte sin horas

en la huella del tacto

en tu sombra y mi sombra.




Estaré repartido

en cuatro o cinco pibes

de esos que vos mirás

y enseguida te siguen.




Y ojalá pueda estar

de tu sueño en la red

esperando tus ojos

y mirándote
.

Benedetti

noviembre 13, 2012



Ya aprendí suficiente del lado oscuro del corazón.



El neurótico obsesivo.



El neurótico obsesivo espera la muerte del amo absoluto, el final de su mandato, para empezar a vivir, para empezar a tener deseos. Teme algo que sabe que existe y evita saber lo que realmente sabe. Así, se mantiene en perpetuo estado de indecisión a consecuencia de la inhibición del amor por el odio, cuando se propone realizar algún acto. Frente al amor intenso también existe un odio intenso que lo conduce a una parálisis parcial de la voluntad. Duda de lo que para él debería ser lo más seguro, su propio amor, y si duda de esto cómo no difundir esta duda sobre todo lo demás, desplazándose sobre las cuestiones más nimias e indiferentes.


noviembre 12, 2012

Me muero

Tú que sabes,

tú que tienes los medios y el don...


cúrame el alma.


Atiende con sigilo los estragos de tanto barco encallado,



Baja de los cielos y con determinación

evalúa cada grieta en este pecho

y luego sáname.



(Sé que es soberio pedirlo...

y no obstante lo suplico)



Tú que tienes la autenticidad y las alas...

termina con mi martirio

con tu magia vigorizante.



Tú que puedes, curandero, guarécelo todo...



Aquí está mi sentimiento varado,

aquí se encuentra mi canción para morir,

aquí yace mi recuerdo y mi necesidad de cada día

hela aquí también, mi ilusión, mi desengaño...


Tú que puedes, ten mi cuerpo, sálvalo, acéndralo, medícalo de ti.

noviembre 09, 2012

Los pinches tiranos.


…-¿Usted encontró a un pinche tirano, don Juan?
-Tuve suerte. Un verdadero ogro me encontró a mí. Sin embargo, en aquel entonces, yo me sentía como tú, no podía considerarme afortunado, aunque mi benefactor me decía lo contrario.
Don Juan dijo que su penosa experiencia comenzó unas semanas antes de conocer a su benefactor. Apenas tenia veinte años de edad en aquel entonces. Había conseguido un empleo como jornalero en un molino de azúcar. Siempre había sido muy fuerte, y por eso le era fácil conseguir trabajos para los que se requerían músculos. Un día, mientras movía unos pesados costales de azúcar llegó una señora. Estaba muy bien vestida y parecía ser mujer rica y de autoridad. Dijo don Juan que la señora quizá tenía unos cincuenta años de edad, y que se le quedó viendo, luego habló con el capataz y partió.
El capataz se acercó a don Juan, diciéndole que si le pagaba, él lo recomendaría para un trabajo en la casa del patrón. Don Juan le respondió que no tenía un centavo. El capataz sonrió y le dijo que no se preocupara, que el día de pago tendría bastante. Palmeó la espalda de don Juan y le aseguró que era un gran honor trabajar para el patrón.
Don Juan dijo que, puesto que él era un humilde indio ignorante que vivía al día, no solo se creyó hasta la ultima palabra, sino que hasta creyó que una hada benévola le había hecho un regalo. Prometió pagarle al capataz lo que quisiera. El capataz mencionó una considerable suma, que tenia que pagarse en abonos.
De inmediato, el capataz llevó a don Juan a la casa del patrón que quedaba bastante lejos del pueblo, y ahí lo dejó con otro capataz, un hombre enorme, sombrío y de físico horrible que le hizo muchas preguntas. Quería saber acerca de la familia de don Juan. Don Juan le contestó que no tenía familia alguna. Eso agradó tanto al hombre que llegó a sonreír, mostrando sus dientes carcomidos.
Le prometió a don Juan que le pagarían mucho, y que incluso estaría en posición de ahorrar dinero, porque no tendría que gastarlo ya que iba a vivir y comer en la casa.
La manera como el hombre se rió aterró tanto a don Juan que de inmediato trató de salir corriendo. Llegó hasta la entrada, pero el hombre le cortó el camino con un revólver en la mano. Lo amartilló y lo empujó con fuerza contra el estómago de don Juan.
-Estás aquí para trabajar como burro -dijo-. Que no se te olvide.
Con mucha fuerza empujó a don Juan, y le pegó con un garrote. Lo arrastró a un costado de la casa y después de comentar que él hacía trabajar a sus hombres de sol a sol y sin descanso, puso a trabajar a don Juan, desenterrando dos enormes troncos de árbol cortados. También le dijo a don Juan que si otra vez intentaba escapar o acudir a las autoridades lo mataría a balazos.
-Trabajarás aquí hasta que te mueras -le dijo-. Y después otro indio tomará tu puesto, así como tú estás tomando el puesto de un indio muerto.
Don Juan dijo que la casa parecía una fortaleza inexpugnable, con hombres armados con machetes por doquier. Así que hizo lo único sensato que podía hacer: ponerse a trabajar y tratar de no pensar en sus cuitas. Al final de la jornada, el hombre regresó y, porque no le gustó la mirada desafiante en los ojos de don Juan, se lo llevó a patadas hasta la cocina. Amenazó a don Juan con cortarle los tendones de los brazos si no le obedecía.
En la cocina una vieja le sirvió comida, pero don Juan estaba tan perturbado que no podía comer. La vieja le aconsejó que comiera todo porque tenía que fortalecerse ya que su trabajo jamás terminaría. Le advirtió que el hombre que ocupaba su lugar había muerto el día anterior. Estaba demasiado débil y se cayó de una ventana del segundo piso.
Don Juan dijo que trabajó en la casa del patrón por tres semanas, y que el hombre abusó de él a cada instante. Bajo la amenaza constante de su cuchillo, pistola o garrote, el capataz lo hizo trabajar en las más peligrosas condiciones, haciendo los trabajos más pesados que es posible imaginar. Cada día lo mandaba a los establos a limpiar los pesebres mientras seguían en ellos los nerviosos garañones. Al comenzar el día, don Juan tenia siempre la certeza de que no iba a sobrevivirlo. Y sobrevivir sólo significaba que tendría que pasar otra vez por el mismo infierno al día siguiente.
Lo que precipitó la escena final fue la petición que don Juan hizo en un día feriado. Pidió unas horas para ir al pueblo a pagarle el dinero que le debía al capataz del molino de azúcar. Era un pretexto. El capataz se dio cuenta y repuso que don Juan no podía dejar de trabajar, ni siquiera un minuto, porque estaba endeudado hasta las orejas por el solo privilegio de trabajar allí.
Don Juan tuvo la certeza de que ahora si estaba perdido. Entendió las maniobras de los dos capataces: estaban de acuerdo para hacerse de indios pobres del molino, trabajarlos hasta la muerte y dividirse sus salarios. Al darse cabal cuenta de todo esto don Juan explotó. Comenzó a dar gritos histéricos; gritando atravesó la cocina y entró a la casa principal. Sorprendió tan por completo al capataz y a los otros trabajadores que pudo salir corriendo por la puerta delantera. Casi logró huir, pero el capataz lo alcanzó y en medio del camino le pegó un tiro en el pecho y lo dio por muerto.
Don Juan dijo que su destino no fue morir; ahí mismo lo encontró su benefactor y lo cuidó hasta que se repuso.
-Cuando le conté toda la historia a mi benefactor -prosiguió don Juan-, apenas logró contener su emoción. “Ese capataz es un verdadero tesoro” dijo mi benefactor. “Es algo demasiado raro para ser desperdiciado. Algún día tienes que volver a esa casa”.
“Se deshacía en elogiar a mi suerte de encontrar un pinche tirano, único en su género, con un poder casi ilimitado. Pensé que el señor estaba loco. Me tomó años entender cabalmente lo que me dijo en ese entonces.
-Este es uno de los relatos más horribles que he escuchado en mi vida -dije-. ¿Realmente volvió usted a esa casa?
-Claro que volví, tres años después. Mi benefactor tenia razón. Un pinche tirano como aquel era único en su género y no podía desperdiciarse.
-¿Cómo logró usted regresar?
-Mi benefactor ideó una estrategia utilizando los cuatro atributos del ser guerrero: control, disciplina, refrenamiento y la habilidad de escoger el momento oportuno.
Don Juan dijo que su benefactor, al explicarle lo que él tenía que hacer en la casa del patrón para enfrentar a aquel ogro de hombre, también le reveló que los nuevos videntes consideraban que habían cuatro pasos en el camino del conocimiento. El primero es el paso que dan los seres humanos comunes y corrientes al convertirse en aprendices. Al momento que los aprendices cambian sus ideas acerca de sí mismos y acerca del mundo, dan el segundo paso y se convierten en guerreros, es decir, en seres capaces de la máxima disciplina y control sobre si mismos. El tercer paso, que dan los guerreros, después de adquirir refrenamiento y la habilidad de escoger el momento oportuno, es convertirse en hombres de conocimiento. Cuando los hombres de conocimiento aprenden a ver, han dado el cuarto paso y se han convertido en videntes.
Su benefactor recalcó el hecho de que don Juan ya había recorrido el camino del conocimiento lo suficiente para haber adquirido un mínimo de los dos primeros atributos: control y disciplina.
-En aquel entonces, me estaban vedados los otros dos atributos -prosiguió don Juan-. El refrenamiento y la habilidad de escoger el momento oportuno quedan en el ámbito del hombre de conocimiento. Mi benefactor me permitió el acceso a ellos a través de su estrategia…
…-Ese señor no era nada en comparación con los verdaderos monstruos que los nuevos videntes enfrentaron durante la Colonia. Todo parece indicar que aquellos videntes se quedaron bizcos de tanta diversión. Probaron que hasta los peores pinches tiranos son un encanto, claro esta, siempre y cuando uno sea guerrero.
Don Juan explicó que el error de cualquier persona que se enfrenta a un pinche tirano es no tener una estrategia en la cual apoyarse; el defecto fatal es tomar demasiado en serio los sentimientos propios, así como las acciones de los pinches tiranos. Los guerreros por otra parte, no solo tienen una estrategia bien pensada, sino que están también libres de la importancia personal. Lo que acaba con su importancia personal es haber comprendido que la realidad es una interpretación que hacemos. Ese conocimiento fue la ventaja definitiva que los nuevos videntes tuvieron sobre los españoles.
Dijo que estaba convencido de que podía derrotar al capataz usando solamente la convicción de que los pinches tiranos se toman mortalmente en serio, mientras que los guerreros no.
Siguiendo el plan estratégico de su benefactor, don Juan volvió a conseguir trabajo en el mismo molino de azúcar. Nadie recordó que él trabajó allí; los peones trabajaban en el molino de azúcar por temporadas.
La estrategia de su benefactor especificaba que don Juan tenia que ser esmerado y circunspecto con quien fuera que llegara buscando otra víctima. Resultó que la misma señora llegó, como lo había hecho años antes y se fijó inmediatamente en don Juan, quien tenía aún más fuerza física que la vez anterior.
Tuvo lugar la misma rutina con el capataz. Sin embargo, la estrategia requería que don Juan, desde el principio, rehusara pago alguno al capataz. Al hombre jamás se le había hecho eso, y quedó asombrado. Amenazó con despedir a don Juan del trabajo. Don Juan lo amenazó por su parte, diciendo que iría directamente a la casa de la señora a verla. Le dijo al capataz que él sabía donde vivía ella, porque trabajaba en los campos aledaños cortando caña de azúcar. El hombre comenzó a regatear, y don Juan le exigió dinero antes de aceptar ir a casa de la señora. El capataz cedió y le entregó algunos billetes. Don Juan se dio perfecta cuenta de que el capataz accedía sólo como ardid para conseguir que aceptara el trabajo.
El mismo me llevó de nuevo a la casa -dijo don Juan-. Era una vieja hacienda propiedad de la gente del molino de azúcar; hombres ricos que o bien sabían lo que pasaba y no les importaba, o eran demasiado indiferentes para darse cuenta.
“En cuanto llegamos ahí, corrí a buscar a la señora. La encontré, caí de rodillas y besé su mano para darle las gracias. Los dos capataces estaban lívidos.
“El capataz de la casa me hizo lo mismo que antes. Pero yo estaba preparadísimo para tratar con él; tenía yo control y disciplina. Todo resultó tal como lo planeó mi benefactor. Mi control me hizo cumplir con las más absurdas necedades del tipo. Lo que generalmente nos agota en una situación como ésa es el deterioro que sufre nuestra importancia personal. Cualquier hombre que tiene una pizca de orgullo se despedaza cuando lo hacen sentir inútil y estúpido.
“Con gusto hacía yo todo lo que el capataz me pedía. Yo estaba feliz y lleno de fuerza. Y no me importaban un comino mi orgullo o mi terror. Yo estaba ahí como guerrero impecable. El afinar el espíritu cuando alguien te pisotea se llama control.”
Don Juan explicó que la estrategia de su benefactor requería de que en lugar de sentir compasión por sí mismo, como lo había hecho antes, se dedicara de inmediato a explorar el carácter del capataz, sus debilidades, sus peculiaridades.
Encontró que los puntos más fuertes del capataz eran su osadía y su violencia. Había balaceado a don Juan a plena luz del día y ante veintenas de espectadores. Su gran debilidad era que le gustaba su trabajo y que no quería ponerlo en peligro. Bajo ninguna circunstancia intentaría matar a don Juan dentro de la propiedad, durante el día. Su otra gran debilidad consistía en que era hombre de familia. Tenia una esposa e hijos que vivían en una casucha cerca de la casa.
-Reunir toda esta información mientras te golpean se llama disciplina -dijo don Juan-. El hombre era un demonio. No tenia ninguna gracia que lo salvara. Según los nuevos videntes, el perfecto pinche tirano no tiene ninguna característica redentora.
Don Juan dijo que los dos últimos atributos del ser guerrero, que él aún no tenia en aquel entonces, habían quedado automáticamente incluidos en la estrategia de su benefactor. El refrenamiento es esperar con paciencia, sin prisas, sin angustia; es una sencilla y gozosa retención del pago que tiene que llegar.
-Mi vida era una humillación diaria -prosiguió don Juan-, a veces hasta lloraba cuando el hombre me pegaba con su látigo, y sin embargo, yo era feliz. La estrategia de mi benefactor fue lo que me hizo aguantar de un día a otro sin odiar a nadie. Yo era un guerrero. Sabía que estaba esperando y sabía qué era lo que esperaba. Precisamente en eso radica el gran regocijo del ser guerrero.
Agregó que la estrategia de su benefactor incluía acosar sistemáticamente al hombre, escudándose siempre tras un orden superior, así como habían hecho los videntes del nuevo ciclo, durante la Colonia, al escudarse con la iglesia católica. Un humilde sacerdote era a veces más poderoso que un noble.
El escudo de don Juan era la señora dueña de la casa. Cada vez que la veía se hincaba ante ella y la llamaba santa. Le rogaba que le diera la medalla de su santo patrón para que él pudiera rezarle por su salud y bienestar.
-Me dio una medalla de la virgen -prosiguió don Juan-, y eso casi aniquiló al capataz. Y cuando conseguí que las cocineras se reunieran a rezar por la salud de la patrona casi sufrió un ataque al corazón. Creo que entonces decidió matarme. No le convenía dejarme seguir adelante.
“A manera de contramedida organicé un rosario entre todos los sirvientes de la casa. La señora creía que yo tenia todas las características de un santo.
“Después de aquello ya no dormía profundamente, ni dormía en mi cama. Cada noche me subía al techo de la casa. Desde allí vi dos veces al hombre llegar a mi cama con un cuchillo.
“Todos los días me empujaba a los pesebres de los garañones con la esperanza de que me mataran a patadas, pero yo tenia una plancha de tablas pesadas que apoyaba en una de las esquinas. Yo me escondía detrás de ella y me protegía de las patadas de caballo. El hombre nunca lo supo porque los caballos le daban náuseas; era otra de sus debilidades, la más mortal de todas, como resultó al fin.
Don Juan dijo que la habilidad de escoger el momento oportuno es una cualidad abstracta que pone en libertad todo lo que está retenido. Control, disciplina y refrenamiento son como un dique detrás del cual todo está estancado. La habilidad de escoger el momento oportuno es la compuerta del dique.
El capataz sólo conocía la violencia, con la cual aterrorizaba. Si se neutralizaba su violencia quedaba casi indefenso. Don Juan sabía que el hombre no se atrevería a matarlo a la vista de la gente de la casa, así. que un día, en presencia de otros trabajadores y también de la señora, don Juan insultó al hombre. Le dijo que era un cobarde y un asesino que se amparaba con el puesto de capataz.
La estrategia de su benefactor exigía que don Juan estuviera alerta para escoger y aprovechar el momento oportuno y voltearle las cartas al pinche tirano. Cosas inesperadas siempre suceden así. De repente, el más bajo de los esclavos se burla del déspota, lo vitupera, lo hace sentirse ridículo frente a testigos importantes, y luego se escabulle sin darle tiempo de tomar represalias.
-Un momento después -prosiguió don Juan-, el hombre enloqueció de rabia, pero yo ya estaba piadosamente hincado frente a la patrona.
Don Juan dijo que cuando la señora entró a su recamara, el capataz y sus amigos lo llamaron a la parte trasera de la casa, supuestamente para hacer un trabajo.
El hombre estaba muy pálido, blanco de ira. Por el tono de su voz don Juan supo lo que el hombre pensaba hacer con él. Don Juan fingió obedecer, pero en vez de dirigirse adonde el capataz le ordenaba corrió hacia los establos. Confiaba en que los caballos harían tanto ruido que los dueños de la casa saldrían a ver lo que pasaba. Sabía quo el hombre no se atrevería a dispararle, y que tampoco se acercaría adonde estaban los caballos. Esa suposición no se cumplió. Don Juan había empujado al hombre más allá de sus límites.
-Salté al pesebre del más salvaje de los caballos -dijo don Juan-, y el pinche tirano, cegado por la rabia, sacó su cuchillo y se metió tras de mí. Al instante, me escondí detrás de mis tablas. El caballo le dio una sola patada y todo acabó.
“Yo había pasado seis meses en esa casa,. y durante ese periodo ejercí los cuatro atributos de ser guerrero. Gracias a ellos había triunfado. Ni una sola vez. sentí compasión por mí mismo, ni lloré de impotencia. Sólo sentí regocijo y serenidad. Mi control y mi disciplina estuvieron afilados como nunca lo estuvieron. Además, experimenté directamente, aunque no los tenía, lo que siente el guerrero impecable cuando usa el refrenamiento y la habilidad de escoger el momento oportuno.”
“Mi benefactor explicó algo muy interesante. Refrenamiento significa retener con el espíritu algo que el guerrero sabe que justamente debe cumplirse. No significa que el guerrero ande por ahí pensando en hacerle mal a alguien, o planeando cómo vengarse y saldar cuentas. El refrenamiento es algo independiente. Mientras el guerrero tenga control, disciplina y la habilidad de escoger el momento oportuno, el refrenamiento asegura que recibirá su completo merecido quienquiera que se lo haya ganado.”
-¿Triunfan alguna vez los pinches tiranos, y destruyen al guerrero que se les enfrenta? -pregunté.
-Desde luego. Durante la Conquista y la Colonia los guerreros murieron como moscas. Sus filas se vieron diezmadas. Los pinches tiranos podían condenar a muerte a cualquiera, por un simple capricho. Bajo ese tipo de presión, los videntes alcanzaron estados sublimes.
Aseguró don Juan que, en esa época, los videntes que sobrevivieron tuvieron que forzarse hasta el límite para encontrar nuevos caminos.
(Carlos Castaneda El fuego interno) 

noviembre 08, 2012



La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave de oro;
y en un vaso olvidado se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa acaso en el príncipe del Golconsa o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
]o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nulumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real,
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida. La princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!

¡Calla, calla, princesa dice el hada madrina,
en caballo con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte ,
a encenderte los labios con su beso de amor!

noviembre 06, 2012

Hoy estuvo lleno de tesoros.

La mañana, poder despertarme hoy temprano, el camión pasó a tiempo y me dejo un asiento, mi celular sin pila se apago hasta que alguien llego a acompañarme,luego un abrazo de alguien inesperado por mi cumpleaños y un olor ríquísimo, luego en la maestra me dio chance de no faltar para pasar (cosa con la que dudaba mucho contar), entrega de trabajos, saliendo me detuve en un puesto a comprar tacos, una mirada de alguien muy bello sentí y volite  me estaba viendo sin explicación varios segundos hasta el último segundo que estuve ahí.. de esas que no olvidas y de esas pocas ocasiones que retengo el rostro de un desconocido muy inusual en mi, un panorámico de una nueva pelicula con Gael García en el camino al centro, llegando a disfrutar la comida que me compré ñum, luego platica super intensa en la qué sin buscarlo y sin esperarlo te llegan escenas que hablan de tu película en la cuál no estuviste presente, de repente descubres que alguien que te interesa te percibe la escencia, luego una aplicación de MMPI2, prueba que presente para que me admitieran en la Facu y que modifique a mi concepción de normalidad para no salir de la media y poder entrar sin problemas, por fin ya la desahogue, conteste con verdad todo y a ver q sale mañana, me aplicaron un TAT que me dejo sin palabras al final. Fue una impresion grandísima por primera ves percibirme a mi misma con.. creatividad.. algo que nunca pensé que tuviera.. y si digo creatividad es que no eran cualquier tipo de historias.. y mientras que van por un pastel de feliz no cumpleaños a mi, mis queridas compañeras, me dieron la lección de dejar de ser tan hostil aveces, porque lo acepto, muchas veces sin querer ando hostil, pero vamos, soy como un oso enorme y feroz que tiene una astilla en la pata y cuando alguien le da amor se vuelve un winnie pooh, esto me recuerda a un video que ahorita pongo de my little pony hehe, y después la mujer tan buena de mi trabajo me dice que me resolvio un asunto que era importante para mi, gracias a todas las personas en el mundo que me hacen el día feliz, no ocupo mucho para serlo, podrán ser pequeños detalles, pero si percibo la fluidez buena (que toda persona lleva dentro de si y lo que da al mundo) siempre sacan lo mejor de mi, ahora tengo que aprender que aunque no sea así yo si quiero darle al mundo siempre de todas formas lo mejor de mi.

Y el video es del min 4:50 al 6:35 =)


Es verdad que a gente como nosotros nos suele decepcionar el mundo;
Pero también somos humanos parte del mismo mundo que nos decepciona,
aveces hacemos cosas que nos defraudan a nosotros mismos, nos damos
cuenta tarde de cosas, tal vez si sea tarde cuando eso ya lo perdiste
pero para lo que nunca será tarde es para aprender.