Y bueno, cambiando de tema... es completamente comprensible (a mi parecer) haberme sorprendido de encontrar a cierto chico lindo y con valores y haberme traumado (tomando en cuenta el desierto donde me encuentro) con él, cuando tenía unos 14 o 15 años, y seguir algo enamorada al pasar del tiempo, porque fue mucho lo que con él pase y sentí etc. Muy lógico querer luchar por eso, cuando no solo ha sido cosa mía, sino algo de los dos. Lo que no comprendo es como a los 25 años puedes llegar a traumarte con alguna situación parecida como esta (como mujer, y como hombre también), es decir, claro que no es normal, hasta da cosa.
Por otra parte, no se si sea parte de tu pre-consciente (cuando estas a punto de darte cuenta, pero aún no tienes la revelación en tus manos) o de tu mero inconsciente lo que esta sucediendo, que he notado desde un punto de vista algo científico, y eso es que al parecer encontrás cierto alivio en pensar que eres el ángel salvador y puro que se encuentra con una niña bonita, inmadura y sexual, la cual abusa de su bondad y nobleza, poniéndolo en un papel un tanto “dramático” en el que tiene que ver por si mismo dejando atrás a la chica “mal-sana” y podrida. No se que tan familiar te suene la historia (sin ninguna mala intensión escribo todo esto), ya que a mi me suena bastante y me parece que quieres obligar a cierta señorita completamente diferente al personaje de las novelas que te gustan, encajar en eso. Claro que por mi parte no me he dejado, ya que no es mi personaje, mi papel es el mío, de mi persona, de mi individualidad y contextos completamente diferentes adecuados a un solo caso, y si quieres al de dos, el tuyo y el mío, pero nada mas.
También esta comprobado que cuando alguien esta cerrado en una idea (ya sea paradigma, dogma, ideal, fanatismo, o una mera idea) se mantiene enfocado en ese punto sin tomar en cuenta el alrededor o si acontece un incendio o un arcóiris a su lado.
La formación de un psicólogo ético, nos dice que si el paciente no quiere estar en terapia, no estará por la fuerza y menos caerá en cuenta de algo, porque al estar renuente su mentalidad no le dictará algo diferente, ni escuchará realmente la ayuda que pueda tener.
Precisamente se trata de que si uno mismo no se puede curar las heridas, minimo deje que alguien le ayude a sanar (si ese alguien tiene la voluntad de hacerlo) permitidle, dejarle abierta la puerta, pues nunca nos dejará peor de tristes que lo que ya estamos (hablando en lo personal de mi caso, os asevero esto)
Pero a aquel que se le cierra la puerta en la cara, 1 vez, el mismo acto nos presiona a cerrarsela 2 veces y sin duda es más fuerte la presión de no echarse para atrás ante las 2 veces pasadas cerrandosela una 3ra vez. Pero es él el que esta dentro de la habitación, es él mismo el que tapizo las ventanas, y el mismo que desprecia la luz de afuera que lo quiere iluminar.
Y el que no piensa, que la persona fuera de la puerta, quizá el día menos pensado ya no esté.
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