El verdadero amor.

El verdadero amor no es un cuento de hadas. Sabe a sangre de corazón. No tiene orgullo, ni resignación. El verdadero amor es bondadoso, no se venga, no se enfada sin razón. Si se encuentra con una diferencia piensa primero en la otra parte antes de si mismo, el verdadero amor busca primero el bien del ser amado, su estabilidad, su felicidad. El verdadero amor no es tomarse de la mano, es sentir con el mismo corazón. El amor es escuchar y ser feliz escuchando sin juicios al ser amado, escuchar y comprender, nunca oir y juzgar. El verdadero amor no nace en días, no nace en meses, el verdadero amor es un amor maduro. No frenesis sin contexto. El verdadero amor aveces sabe a hierro, a hierro en la lengua y en los labios, por el esfuerzo. El amor cuesta demaciado, porque vale demaciado. Y no cualquiera puede pagar el precio o tiene ese regalo de dios que es el amor verdadero. Dios te regala un corazón para amar, amar de verdad, y yo agradesco ese regalo y lo  valoro. Cada día me hago más digna de ese regalo de Dios.