marzo 25, 2014

Acróstico sin iniciales.

Me siembras ternuras en la mirada
y yo quiero pensar que en tu boca no hay sentencias
sino audiencias de mi sangre.
Qué puedo decirle al niño,
que sólo sabe amar, y no conoce
los mitos y los velos que el mundo ha de guardar.
A ti que has vivido la brusquedad del mundo girante
y te has repuesto de catástrofes sin venganza,
por consciencia y no por ingenuidad, a ti,
que tienes tus propias geometrías del amor y 
experiencias de consuelo en tu alma, 
hoy me das la paz que necesitaba.

1 comentario:

Ada Medina. dijo...

Una perfecta dedicatoria.
¿El destinatario la merece?