febrero 10, 2014

Expiada.

Hoy recibí una noticia desagradable. Me sentí mal un rato, tenía compromisos y no quise cancelarlos, aunque hubiera llanto. Aunque doliera. Ya tengo hasta ahora el tiempo de pensarlo a solas, pienso muchas cosas, entre todas sobresale la más importante: La culpa no queda en mi. El año pasado me di cuenta que la culpa es algo que más vale que no me toque cargar y eso me ha hecho asegurarme de hacer las cosas bien (si yo fuera la responsable de que algo saliera mal y diferenciando, claro, cuando no estuvo en mis manos). Y actualmente estoy limpia. Limpia completamente. Habrá de ahora trabajar en lo que sigue de eso. 

El karma aveces se puede tomar a mal. Pero si el karma se encarga de que te duela algo y tu tenías una culpa, entonces expía. Y esa justicia es divina. Gracias.

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