Si yo te muestro mi lado oscuro,
¿me abrazarás esta noche todavía?
Y si te abro mi corazón, y te enseño mi lado débil.
Y si te abro mi corazón, y te enseño mi lado débil.
¿Qué harías tú?
Tal vez ya morí. Veo que la mayoría de la gente no se percata de mi presencia. Y los que saben que mi cuerpo sigue en inercia tratan desesperadamente de que vuelva. Quizá sólo soy un recuerdo de mi misma. Hoy en mi cumpleaños me enternece mi familia que me abraza fuerte para que me sienta viva, y lo único que siento es ternura y compasión por ellos porque ya me siento muy lejos. Muy lejos de todo esto. Es un pecado vivir sin sentir vida. Sin parecer viva. Me enternece la poca gente que aún me escucha y me ve a los ojos. Porque en ellos veo mi ternura en atapos, tan rica y tan invisible. Existe más que yo. Creo que mi ternura es lo único que ha sobrevivido y de lo que se sostiene mi frágil voluntad.