septiembre 09, 2012

Humanos feos.

Pinches idealizaciones que se vayan todas al chori, nunca más quiero idealizar algo en la vida, ni siquiera idealizar una idea por simple que sea. Por los ideales se ha muerto gente, esos ideales que idealizan, a fin de cuentas la realidad nos concreta a basarnos en actos lógicos. Pero como ilusos seres humanos la realidad "concreta" parece que nunca nos basta ni satisface y tendemos a andar por ahí viendo que más puede haber, y esto se aplica en todo. Lo peor es cuando uno llega a un punto de brincar de ideal en ideal sin pisar el suelo y cuando de repente la nube en la que estamos parados felices brincando (ese ideal en el cual nos encontramos) se disipa por la realidad: te das cuenta de que no era como tú creíste, como tu idealizaste.. viene la rotunda decepción. 

Oh Dios, cuesta mucho aceptarnos los unos a los otros con defectos tan primitivos, el engaño, el egoísmo, la indiferencia, la mezquindad, el despecho, la incoherencia, entre otros males están condenados a nuestra naturaleza, nuestro ego nos dice que no podemos aceptar esas cosas y por eso transformamos, la cruda realidad por nuestras ilógicas idealizaciones de las cuales siempre nos decepcionamos, pareciera que es indudable también que algo dentro de nosotros tiene la certeza de que "algo" se puede salvar, de que algo en el mundo si puede ser puro, pero no, hoy rompo por primera vez mi ilusoria visión. Miles de defectos tienes, tengo, tenemos y entre esos miles nadan valiosas virtudes, y yo diría que no deberíamos tomarlo cómo algo extraordinario, el humano no tiene la humildad suficiente para aceptar que es un hipócrita incoherente. Así mismo que desengaño a los otros me desengaño a mi misma, me acepto humana, incoherente, hipócrita etc, sí, una mierda, igual que todos, solo que viven autoengañados y gracias a ese autoengaño de su inexistente perfección siguen igual de mezquinos, tal cual su naturaleza ordeno. Hoy que acepto eso, me permite mejorar, y luchar contra esa insulsa naturaleza de la cual nadie se salva.


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